En los pueblos de Alemania la gente cuida mucho su jardincito delante de su casa. Flores de todo tipo de colores, césped verde, arbustos perennes, hortensias, rododendros, etc. decoran este jardín y entre las plantas la tierra, que se ve, tiene que estar bien marrón sin ninguna hierba mala. Se puede ver jardines perfectamente arreglados y super bonitos. Pero pasa a veces que oigo la frase: “Tengo que arreglar mi jardín y quitar la hierba mala. Si no ¿qué van a pensar los vecinos?”
Me pregunto entonces “¿tienen su jardín para disfrutar de el y del trabajo que conlleva o lo tienen para tener buena fama ante los demás?” Muchas veces en mi vida diaria estoy pensando, “¿si hago esto qué van a pensar los demás?
En estas situaciones me ayuda a recordar la Virgen María que recibe del ángel el mensaje de ser la madre de Dios. Si María hubiera pensado más en lo que van a pensar los otros de ella, creo que no hubiera dicho “SÍ” al plan de Dios. ¿Qué va a pensar José, qué van a pensar los padres, qué va a decir la gente del pueblo si se queda embarazada antes de casarse…y del Espíritu Santo? Ante estas dudas, la respuesta de María es valentísima.
Os invito a leer el texto bíblico: (Lc 1,26-38)
“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. (…) María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió: «El Espíritu Santo esvendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. (…) Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue.”
Hemos empezado un año nuevo y el año litúrgico empieza con el Adviento cuando tendrá lugar esta narración. Un buen propósito para este nuevo año podría ser dejarnos guiar en nuestras decisiones por la Virgen María. Para ella fue más importante el plan de Dios que los pensamientos de los demás.
Podemos cambiar la pregunta, ¿qué van a pensar los demás de mí? a esta otra, ¿qué va a pensar Dios de mí?
Kristin, OMI
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