Comienza un nuevo año, se pone a cero el calendario. Nuevas ilusiones, esperanzas y proyectos, que en este inicio del mes de enero, tan peculiar que estamos viviendo, dejan abierta la puerta a la sorpresa ¿Qué nos traerá este 2021? El pasado mes de octubre el Consejo General propuso la formación de un equipo de Hermanas que animaran la creación de un “grupo misionero”. Es una idea a la que se venía dando vueltas desde hacía un tiempo y que ha podido ver la luz este curso.
El grupo misionero está formado por jóvenes que se sienten vinculados a nuestra Congregación y que han participado en alguna de las experiencias misioneras que realizamos en Perú, Marruecos o en otras actividades como por ejemplo, la celebración de las Pascuas Misioneras en Semana Santa.
El pasado sábado 9 de enero tuvimos nuestro primer encuentro on-line. Aunque las condiciones meteorológicas impidieron que algunos se pudieran conectar, nos pudimos reunir un pequeño número. El deseo de este grupo es que sea un espacio en el que podamos compartir nuestra fe y vocación misionera, estrechar entre nosotros los lazos de la fraternidad y mantenernos unidos en el Señor, que es quien nos congrega y envía a la misión.
Queremos ir consolidando poco a poco este grupo a través de la formación para la misión, desde el magisterio de la Iglesia y el enriquecimiento del carisma oblato, por medio de encuentros mensuales, de momento tendrán que ser on-line, confiemos que más adelante puedan ser presenciales y podamos concluir con una convivencia al final de curso. En estos meses, para la preparación de los temas de formación, tomaremos como referencia algunos aspectos de la exhortación Christus Vivit.
No podemos olvidar que la misión nace del encuentro con el Señor, por eso no podrá faltar un momento de oración y el compartir entre nosotros, para ayudarnos unos a otros a crecer en nuestra vocación y seguimiento de Cristo.
Nos alegramos verdaderamente de la puesta en marcha de este grupo misionero, que tiene también el deseo de poder realizar actividades concretas y crecer en la misión… poco a poco lo haremos posible. Es una pequeña semilla, que con la ayuda del Señor, confiamos que dé un fruto abundante para que demos testimonio alegre del Evangelio.
El equipo de Hermanas del grupo misionero:
Teresa, Laetitia y Marimar
Comments