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Estamos en familia

Quizás esta expresión es la que mejor resume el encuentro que hemos tenido este fin de semana en Pozuelo. Y me alegro de haber podido viajar desde Alemania a Madrid para compartir este momento especial con esta mi familia.

Para concluir nuestro año de aniversario por los 25 años de la vida en comunidad hemos tenido un congreso al que han venido personas de diferentes lugares de Madrid y de otros países, como Alemania, Francia, Polonia, Italia. Personas con modos diversos de vivir el Carisma de San Eugenio – laicos, Oblatos, consagradas de las COMI y por supuesto Oblatas. Y en esta ocasión quisimos reflexionar sobre el tema de “El genio femenino en el Carisma de San Eugenio”. El centro del encuentro fue la conferencia del P. Chicho OMI (Superior general de los Misioneros Oblatos), quién nos decía “hay una manera femenina de relacionarse con los pobres en la misión y tiene que ver con María”. Y añadió que, “ese amor maternal de María, de cuidado y ternura por los pobres y por todo lo creado, es el que las mujeres que viven nuestro carisma están llamadas a encarnar y prolongar.” La reflexión ha sido muy enriquecedora y un punto de partida. Ahora el desafío será guardarla en el corazón y seguir profundizándola. La charla se podrá ver todavía en nuestro canal de YouTube (a partir del minuto 53).

Pero, ¿qué piensan sobre el tema las mujeres que viven este carisma?

Esto lo pudimos descubrir en una mesa redonda con diferentes personas de la familia oblata y en los grupos de compartir. Algunas ideas que surgieron fueron la empatía femenina, la capacidad de la mujer de hacer familia y hogar, así como la importancia de contemplar el encuentro de Jesús con las mujeres en el Evangelio. También escuchamos testimonios de personas que compartían sus experiencias personales con el Señor y la ayuda que para ellas fue el ser acompañadas en su camino espiritual por una mujer consagrada.


Por la noche pude formar parte de un recorrido por nuestra historia junto a San Eugenio (representado por el padre de la hermana Lydia) con muchas anécdotas y testimonios personales de los invitados. Visitamos también en la mañana del domingo la casa de los Mártires Oblatos que son ejemplos de una vida joven entregada. Concluimos con una acción de gracias a Dios uniéndonos a la comunidad que celebra la Eucaristía dominical en Emaús. Pude percibir su presencia en el sacramento de la Eucaristía, pero también en las personas que me rodeaban, también sin conocerlas por su nombre.


Hemos celebrado una parte de nuestra historia con familiares, parroquianos, hermanos, hermanas y amigos. Me emocioné pensando que las hermanas españolas habían tenido la valentía de comenzar esa aventura de nuestra vida religiosa oblata hace ya más de 26 años en esta casa en la que nos encontrábamos. Y me hice consciente de que en este momento ya somos 21 hermanas (que no es mucho) pero somos de 6 nacionalidades, estamos en 3 países diferentes y tenemos el deseo de seguir extendiendo el carisma que nos ha sido regalado. Doy gracias a Dios por esta oportunidad y por la familia espiritual que me ha concedido para seguir creciendo como mujer en su Iglesia.


Lisa OMI

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