Hemos terminado un momento importante en nuestra historia de nuestra pequeña congregación - el V Capítulo general queda concluido. Pero también comienza una nueva etapa en nuestra vida.
Ha sido un tiempo intenso de compartir entre las 18 hermanas capitulares. Cada día el P. Miguel OMI nos introducía el tema con una reflexión de un texto bíblico que luego nos iluminaría en nuestra oración personal. También escuchamos un breve resumen de lo que ya traiamos reflexionado de los meses de preparación al Capítulo. Así nos pusimos a rezar y percibir lo que el Señor nos quería decir con ello. Después se encontraban siempre 6 hermanas (de diferentes procedencias) en sus comunidades de escucha. Allí compartimos siguiendo el método de la conversación espiritual escuchando lo que a la otra le había surgido en la oración. Así llegamos a algunos puntos comunes que luego compartiamos en la asamblea con las demás hermanas contando siempre con la ayuda de la hna. Lisete. A menudo nos alegramos de que salieran a la luz aspectos y llamadas muy parecidos en las distintas comunidades de escucha. Percibimos que algo más grande nos une y nos guía en el camino del Capítulo, que es el Espíritu Santo y el Carisma compartidos. Eso también se hizo palpable en el día de las elecciones que fue un momento de comunión y alegría.
Así pasaron los días que concluían siempre con la Eucaristía y el rezo de las Vísperas, agradeciendo a Dios todo lo vivido en el día aun estando cansadas.
El día de hoy lo concluimos con un Eucaristía en la parroquia de la Asunción en Miraflores presidida por el obispo auxiliar de Madrid, D. José Antonio Álvarez. También vinieron algunos Oblatos y amigos de nuestra congregación que querían celebrar este momento con nosotras. Después tuvimos un momento celebrativo con roscón de reyes y villancicos.
Agradecemos mucho la presencia del P. Miguel Fritz OMI y de la hermana Lisete Gonzalvez SSD que ha sido posible gracias a su generosidad y a la de sus comunidades.
Los temas que han salido ahora necesitan su tiempo para germinar en cada hermana y comunidad e ir creciendo para hacerse vida en lo cotidiano. Además el Consejo general tendrá que ir tomando decisiones que concreten lo hablado en este tiempo.
Os agradecemos a todos los que nos habéis sostenido con vuestra oración y cariño. Confiamos en que el Espíritu Santo nos siga guiando y la Virgen María acompañado en nuestro camino para hacernos cada vez más mujeres de Dios para la Iglesia en este mundo de hoy.
Con agradecimiento,
las Misioneras Oblatas de María Inmaculada
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